Las mujeres infectadas con clamidia deben abstenerse de tener relaciones sexuales hasta que ellas y sus parejas sexuales hayan sido tratadas. De lo contrario, sufren un alto riesgo de volverse a infectar y experimentar complicaciones serias en su salud reproductiva.
El deterioro de los órganos reproductivos (principalmente las trompas de Falopio) provocado por la enfermedad, suele obstaculizar el traslado del óvulo y el esperma, y el traslado del óvulo fecundado hasta el útero.