Baja reserva ovárica y FIV positiva en su tercer intento, este es el caso de Claudia, quien logró convertirse en mamá de su pequeño Guillermo después de pasar por diferentes clínicas de fertilidad y tratamientos de Reproducción Asistida fallidos.
Ella te cuenta sobre sus dificultades, los prejuicios y la ignorancia que enfrentó por decidirse a tener un bebé siendo mayor de 35 años, cómo logró completar 37 semanas de embarazo y tener un bebé perfectamente sano, aún con un diagnóstico de COVID-19 poco después de su beta positiva.
"Pasé muchísimo tiempo buscando tener un bebé, recorriendo diferentes médicos, ginecólogos, especialistas y clínicas de fertilidad. Ahí nos dijeron que sólo podía tener como máximo, 60% de probabilidades de embarazarme, esto porque mis folículos ováricos no tenían la capacidad suficiente, tenía una baja reserva ovárica, e incluso nos dijeron que teníamos la opción de adoptar.
Yo laboro en una estancia infantil, siempre he trabajado con pequeñitos y me gusta mucho estar rodeada de niños, no sabes cuánto deseaba tener uno, con toda mi alma quería convertirme en mamá.
Hace apenas dos años conocí a mi esposo, hablamos sobre esto y él también tenía ganas de formar una familia, ¡tanto como yo! Él me dio muchas esperanzas para buscar la manera de lograrlo, busqué por todas partes, investigué en internet, con personas conocidas, y así fue como dimos con el Instituto.
Pedimos nuestra cita, y cuando llegamos, el doctor que nos atendió dijo que sí era posible convertirnos en papás, que con el tratamiento de Reproducción Asistida adecuado, las posibilidades eran mucho mayores de lo que antes nos habían dicho, y pues yo casi lloro de la emoción.
Nos hablaron sobre la mejor opción para baja reserva ovárica y FIV positiva, con un tratamiento de varios ciclos de Fecundación In Vitro, dijeron que esta alternativa era la más viable para nosotros, considerando también nuestra edad e historial médico.
Decidimos optar por el tratamiento con 3 ciclos y devolución de tu dinero, queríamos estar lo más seguros que pudiéramos, tener esa garantía si al final no podíamos lograrlo. Después pasó algún tiempo para la preparación antes de la transferencia: medicinas, inyecciones, tener la disciplina para hacerlo todo en tiempo y forma.
Los primeros dos intentos que hicimos no se dieron, y eso no fue nada fácil, debo decírtelo. Además, mientras estábamos en medio de ellos, con toda la presión que tú sabes que implica, hubo algunas personas que no nos sumaban nada, que eran imprudentes y nos desanimaban.
Nos decían que ya estábamos grandes, que para qué lo hacíamos, que desafiábamos la voluntad de Dios..., puros prejuicios e ignorancia, ahora lo veo; pero en ese momento duele tanto y no sabes ni qué decir.
Nuestra familia siempre nos apoyó, y eso no tiene precio, se los agradezco infinitamente. Además, también tuvimos a nuestros doctores, nuestra enfermera y el equipo de aquí que tampoco nos dejó, y cada que íbamos a consulta nos alentaban. Mi doctor incluso fue cómplice de Memo, y me recetó la mejor medicina para lograrlo.
Él ayudó a mi esposo a proponerme matrimonio, ¡en pleno consultorio! Se pusieron de acuerdo desde antes, y cuando llegué a consulta me dijo que debía darme una medicina muy especial, algo que no podía quitarme nunca, la más importante en todo el tratamiento. Yo estaba tan extrañada, hasta con algo de miedo, ¡y de repente sacó de su bata el anillo!
Ellos y nuestra familia, mi esposo y todo eso fue lo que me ayudó a seguir, lo que me mantuvo con ánimos y buena actitud, a pesar de lo difícil que llegó a ser el tratamiento en algunos momentos, sobre todo cuando veíamos ese odioso negativo.
Mi Memo fue un pilar fundamental, mi roca, mi soporte para pasar por cada ciclo de FIV y las malas noticias, me ayudó en cada momento, siempre estuvo a mi lado y no tengo forma de cómo agradecerle eso.
Cuando llegamos al 3er. ciclo nuevo de Fecundación In Vitro estábamos seguros de que esta vez sí iba a darse. No sé por qué, pero lo sentía, ya habíamos pasado por tanto... ¡Y se dio! El día que fuimos por nuestro resultado de la Beta, ¡me dieron mi positivo!
Fue una gran alegría, aunque al siguiente día tuve una mala noticia que no esperaba para nada, me diagnosticaron con COVID-19.
Con baja reserva ovárica y FIV positiva, por fin lo habíamos logrado y de repente pasa esto, fue un proceso duro cuando recibí esa noticia, pero mis doctores me ayudaron a que todo saliera bien, para que llevara mi control prenatal y todo fuera sin complicaciones en mi embarazo.
Mi bebé nació perfectamente a sus 37 semanas de gestación, se adelantó un poquito porque ya lo que quería era nacer, recuerdo bien que estaba súper inquieto los últimos días antes de ver el mundo, y yo también, la verdad.
Jesús Guillermo, ese es su nombre y él es todas nuestras ilusiones, es un niño fuerte y con mucha voluntad, con mucho ánimo todo el tiempo, hasta siento que algo les han de poner extra para que salgan así vivarachos.
Hay que anclarse a la ilusión de tener a tu hijo, podría decir que eso es fundamental para lograrlo, aferrarse, y siempre creer que sí es posible, incluso a pesar de lo que muchas personas te puedan decir, tienes que quitártelo de alguna forma y no dejar de pensar en tu bebé.
No importa todo lo que diga la gente, no lo dudes, no dudes de ti y de todo lo que puedes hacer, porque puedes, yo te lo aseguro, si yo pude tú también, ¡todas! Confía con los ojos cerrados en tus doctores, en tus especialistas en fertilidad, ellos harán lo mejor, tú déjate ayudar."
A partir de 35 años la reserva ovárica de la mujer disminuye considerablemente, y aunque existen otras causas de la infertilidad que podrían estarlo generando, la edad es un factor determinante. Sin embargo, tener una baja reserva ovárica no es un impedimento para que puedas tener a tu bebé.
Sabemos que quizás hayas escuchado frases como: “¿Quieres tener un hijo a tu edad?”, "Ya eres muy grande", "Vas a ser su abuela", pero queremos decirte que frases que eso está basado en prejuicios y no en la realidad; actualmente existen múltiples alternativas para convertirte en madre bajo tus términos y cuando tú lo decidas, con ayuda de la Reproducción Asistida.
En Ingenes, contamos con un Programa Inicial para todas las mujeres que están completamente seguras de querer vivir su maternidad y están dispuestas a hacer todo para lograrlo. Una evaluación que se enfoca en identificar aquello que está obstaculizando tu sueño; y trazar un plan de tratamiento personalizado para que tengas a tu bebé.
Acércate a nosotros y cuéntanos cómo ha sido tu camino para convertirte en mamá, hemos atendido con éxito la mayor cantidad de casos en América Latina, incluso los más complejos, y por eso estamos seguros de que podremos ayudarte.
"Encontré una orientación efectiva y logramos tener a nuestro bebé en casa."
Ingenes Monterrey