De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 48 millones de parejas y 186 millones de personas en todo el mundo, se enfrentan a alguna condición que afecta su fertilidad; lo que nos indica que la infertilidad es más común de lo que muchas personas podrían imaginar.
El proceso por el que atraviesan muchas mujeres al querer tener un bebé y no lograrlo, no es nada sencillo. A lo largo del camino habrán muchas dudas, inseguridades e incluso miedos; sin embargo, con la guía y el cuidado de expertos en Reproducción Asistida, alcanzar el éxito es completamente posible.
Esta es la historia de Itzel, quien después de acudir a diferentes lugares por tres años, pudo cumplir su sueño con un tratamiento multiciclo de Fertilización In Vitro.
“Tardamos 3 años y empezamos yendo con un ginecólogo especializado en Reproducción Asistida que sólo nos dijo que estábamos bien y que lo siguiéramos intentando.
Luego fuimos con otro especialista que nos recomendaron y nos dio tratamiento para estimular la ovulación, posteriormente nos realizó una Inseminación Artificial y nada; incluso después fuimos con un ‘brujo’ que supuestamente era excelente, y nada nos funcionó hasta que llegamos aquí.
Nos enteramos del Instituto por publicidad en Internet y decidimos acudir. Llegamos emocionados a nuestro Programa Inicial, con muchísima ilusión de esa primera cita y mucha confianza.
Al principio nos dijeron que teníamos altas probabilidades de lograrlo mediante una Fecundación In Vitro, así que elegimos tomar el plan de tratamiento de 2 ciclos de FIV.
La verdad, cuando comenzamos estaba muy nerviosa, asustada, claro que me emocionaba, pero la ansiedad me hacía querer que el tiempo pasara rápido para saber si todo había salido bien.
Mi esposo, mi mamá, mis hermanos, mis sobrinos, la familia de mi esposo y mis amigas más cercanas estuvieron conmigo a lo largo de todo el tratamiento.
Mi doctora Gina Ortíz siempre fue muy amable, clara y honesta en cómo iban avanzando las cosas, sobre lo que funcionaba y lo que no.
Desafortunadamente, el primer ciclo no fue positivo y en ese momento pensé en abandonarlo todo, pero tener el apoyo de personas cercanas me ayudó a continuar.
Tus emociones influyen mucho, es importante tener una persona a lado para ayudarte a mantener la calma y la fe.
Después de que hicimos nuestro segundo FIV, para el momento de la prueba de embarazo, mi esposo había salido a trabajar y yo estaba en casa esperando la llamada de mi doctora.
Cuando llamó y me dijo que era positiva lloré de emoción, ¡me moría por contarle a mi esposo! Teníamos un acuerdo, cuando nos dieran el positivo yo lo recibiría con una caja de donas. Al llegar solo miró la caja, lloró y me abrazó.
Mi embarazo fue un poco estresante porque me subía mucho la presión, y fue de alto riesgo porque era gemelar.
El día que nacieron no sabíamos que llegarían, fuimos a urgencias por una subida de presión muy alta y de pronto me dijeron que debían nacer ya. ¡Pasó tan rápido!
De repente escuché el primer llanto y era una hermosura de niña, tan chiquita, pero sólo la pude ver un segundo por la pandemia y no me la dejaron.
Enseguida escuché el segundo llanto y era un niño precioso, mi corazón estaba tan tranquilo y feliz de verlos ahí, de escuchar todas las medidas que les iban tomando, ¡todo fue como el mejor sueño!
Ellos son Inés y Elías, su papá y yo elegimos los nombres.
Ella es una niña con unos cachetitos hermosos, cabello quebrado, aventada, intrépida, sonriente y muy curiosa, le gusta que su papá y yo la apapachemos todo el tiempo y su risa es lo mejor de ella, ¡le encanta reír!
Él es un niño atrabancado, parece que no le da miedo nada, es muy amoroso, tiene unos chinos hermosos y da unos abrazos que te derriten de amor.
A Inés le gusta mucho aventarse de su rampa, le encanta la fruta y la verdura, no le gusta que le caiga agua en la cara cuando se baña.
A Elías le encanta jugar con pelotas y subirse a su columpio, come de todo y muchísimo siempre, le choca que le limpies la nariz, y a los dos les encanta bailar.
Ahora que soy mamá me doy cuenta de que soy mucho más valiente y fuerte de lo que imaginé, que puedo ser muy organizada cuando me lo propongo y que guardaba mucho amor para estas dos personitas.
Todo en mi vida dio un giro de 180°, ahora soy súper estricta con las rutinas cuando antes ni siquiera tenía una, el 90% de mis horarios giran en torno a mis bebés y ahora todo es más divertido, tengo la fortuna de poder pasar con ellos todo el tiempo y siempre es una aventura, jugamos y nos divertimos siempre.
No se rindan, a veces las cosas más hermosas que nos pasan en la vida son las que más tardan o las que cuestan más trabajo, y aunque suena muy trillado, de verdad vale la pena cada uno de los pasos de este tratamiento.
Ahora que veo esos ojitos y oigo las risas en casa, ¡nada más importa! Y si tuviera que volver a vivir todo lo haría, con tal de ver corriendo por todos lados a estos dos muchachitos.
Los amo con locura, les diré a mis bebés que nunca se rindan al luchar por lo que realmente desean porque un día llega y realmente lo vale todo, ellos son el regalo más grande que la vida me pudo dar.
Está bien tener miedo, se vale estar asustada, cansada y enojada, pero lo que viene es lo más hermoso que vivirás en tu vida”.
Si tú como Itzel, estás tratando de tener un bebé y no lo has logrado aún, podrías estar interesada en nuestros Programas Multiciclo, que tienen una tasa de éxito de 96%, y con los que hemos logrado más de 50,000 bebés en México y los Estados Unidos.
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"Encontré una orientación efectiva y logramos tener a nuestro bebé en casa."
Ingenes Monterrey