Con una Fecundación In Vitro a los 40, Silvia logró tener a su primer hijo, Santiago; pero la gran sorpresa vendría un año y medio después, cuando se embarazo de su segunda bebé, Emma, sin ayuda de algún tratamiento de Reproducción Asistida. Conoce su historia y cómo gracias a una donación de óvulos, ella pudo cumplir su sueño de transformarse en mamá.

Ambos son 100% mis hijos y no hay diferencia

“Mi esposo y yo dejamos las etiquetas, los tabús sobre la donación de óvulos, la presión social y tomamos la decisión de tener a Santiago y a Emma, porque no hay diferencia, ellos dos son 100% mis hijos.

Tengo 44 años y vivimos en Chiapas, y cuando decidimos que queríamos tener un bebé fuimos con un médico que se enfocaba en ayudar a "familias ya grandes”, ahí fue cuando nos topamos con la dificultad por embarazarnos.

Antes de conocer a mi pareja no tenía muchas intenciones de ser mamá. Él y yo hablamos, queríamos tener un bebé que fuera un pedacito de ambos, pero tomamos la decisión cuando yo ya era grande; pensamos: “Ok, no pasa nada, vamos con un médico para que nos oriente y me embaracé”, así lo hicimos, ¡y lo logramos! Estábamos tan felices, pero desafortunadamente tuve un aborto, eso nos afectó muchísimo.

En ese momento, yo no sabía si seguir intentándolo o no, fue algo muy difícil, pero en ese tiempo mi papá nos contó que había visto publicidad del Instituto, y empezamos a tantear la posibilidad de acudir aquí.

Mis papás viven en la Ciudad de México y decidimos ir a la sucursal de allá. Cuando llegamos para nuestro Programa Inicial, me hicieron un examen completo para evaluar todo sobre mi salud reproductiva, y resultó que mi formación de óvulos era muy baja, debido a mi edad.

Queríamos un tratamiento que fuera lo más seguro posible, algo que de verdad nos garantizara las mayores probabilidades, para que ahora sí pudiéramos lograrlo, y nos recomendaron un tratamiento multiciclo de Fecundación In Vitro.

Desafortunadamente el primer intento no funcionó, y después el segundo ciclo tampoco, y ahí fue cuando de verdad todo se hizo caótico, no entendía por qué pasaba todo esto, ¿por qué no podíamos embarazarnos? Fueron momentos muy oscuros, me sentía perdida y no paraba de llorar.

Hablé con mi doctor y él me recomendó que tomara la opción de recurrir al apoyo emocional que se brinda junto con el tratamiento. Me acerqué con la terapeuta y hablamos de todo el proceso, lo que ocurrió antes con mi primer bebé, de toda la frustración, de que me sentía culpable, se lo conté todo y ella me ayudó muchísimo.

Mi esposo y yo platicamos de cómo nos sentíamos, si todo esto valía la pena y decidimos que no nos rendiríamos, ¡lo intentaríamos todo!

En ese momento fue cuando el doctor habló conmigo acerca de la donación de óvulos, me explicó cómo funcionaba todo, que esta alternativa sirve para que mujeres como yo, que tenemos problemas con la producción de óvulos, podamos tener un bebé con una Fecundación In Vitro a los 40, a los 45 o incluso a los 50 años.

Hablamos sobre la epigenética y me explicó que en el vientre ocurre un intercambio entre los genes de tu bebé y los tuyos; él estaría dentro de mí, crecería gracias a mi sangre, a lo que yo comiera, sería yo quien le daría vida y entendí que no había diferencia alguna, que sería 100% mi hijo.

El día que por fin nació, cuando lo escuché, cuando escuché a Santiago lloré muchísimo, como jamás en toda mi vida y le dije: ‘Mi amor, por fin ya estás aquí conmigo y nunca te dejaré, ¡por fin llegaste a nuestras vidas!’ Fue un instante totalmente mágico porque, al escucharme, se quedó completamente quieto, dejó de llorar y se calmó por completo. Bendito el día en que decidimos regresar al tratamiento por ese tercer ciclo de FIV.

A otras mujeres que, como yo, están atravesando problemas para ovular o cualquier otra situación por la que aún no hayan logrado tener a su bebé, les diría que tomen la opción de una ovodonación, que lo intenten porque no hay una sola duda de que será tu hijo. Sean valientes y arriesguen todo aquí porque vale muchísimo la pena cuando oyes que te dicen: 'Mamá'.

¿Y cómo llegó Emma? ¡Sorpresa! ¡Ella es un milagro! Jamás pensé que podría tener otro bebé, no sin requerir algún tratamiento de Reproducción Asistida. Cuando me enteré de que estaba embarazada de nuevo, en verdad que no podía creerlo, ¿esto es real?

Mi pequeña vino bien, estaba completamente sana y perfecta. Hoy estamos tan felices de tenerlos aquí, y pienso que todo lo que pasamos antes fue un aprendizaje, una preparación para cuando los tuviéramos, ellos nos enseñaron a ser papás desde antes de nacer y esperamos convertirnos en los mejores." 

¿Quieres ser mamá y aún no lo has logrado?

Miles de mujeres decidieron posponer su maternidad para el momento preciso en el que estuvieran listas, y el reloj biológico ya no es un impedimento para lograrlo. Si tienes más de 35 años y estás intentando ser mamá, pero aún no ha sido posible es importante que acudas con médicos especialistas en reproducción, que evalúen tu salud reproductiva y te brinden alternativas con las mayores probabilidades de éxito, como la Fecundación In Vitro.

En Ingenes, contamos con un Programa Inicial para todas las mujeres que quieren vivir su maternidad y están dispuestas a hacer todo para lograrlo. Un programa que se enfoca en identificar aquello que te está impidiendo tener un bebé; y trazar un plan de tratamiento personalizado, llevado a cabo por un equipo de expertos embriólogos, andrólogos, médicos ginecólogos con subespecialidad en Biología de la Reproducción y psicoterapeutas, entre otros.

Acércate, da clic en la imagen de abajo para agendar tu Programa Inicial, y permítenos ayudarte a llevar a tu bebé a casa.

1 888 627-9747
800 600-7001
Teresa Villa

"Encontré una orientación efectiva y logramos tener a nuestro bebé en casa."

Ingenes Monterrey

Permiso Cofepris: 133300201A1156
Dr. Felipe Camargo Cédula Profesional SEP: 4452501
©Todos los derechos reservados 2021. Instituto Ingenes, Fertilidad & Genética
crossmenu