Existen miles de mujeres atravesando todo tipo de tratamientos en diferentes clínicas de fertilidad en México y, desafortunadamente, muchos de ellos fallan. Ese fue el caso de Evelyn, cuya lucha para tener a su bebé se alargó por 12 años.
Ella te cuenta su historia, sobre la frustración y el hartazgo que enfrentó tras una década de pruebas negativas, y cómo en su primer ciclo de Fertilización In Vitro se convirtió en mamá.
“¿Puedes imaginar lo qué es pasar 12 años tratando de convertirte en mamá? Yo pasé por eso, por 4 clínicas y todo tipo de tratamientos, desde coitos programados hasta Fertilización In Vitro sin resultados, fue algo simplemente agotador.
Tenía casi 40 años cuando por fin lo conseguí; pero, híjole, de verdad que sentí que pasó una eternidad. Ahora que lo pienso, creo que la clave para no darme por vencida fue pensar en cuál era la razón de hacer esto, tener siempre presente el porqué mi porqué.
Y la respuesta era sencilla, yo quería transformarme en mamá, sentir ese amor único, ese vínculo, y de verdad que haría todo para conseguirlo.
Las clínicas de fertilidad que visité, previas al Instituto, fueron un suplicio, en serio. Pasé por toda clase de diagnósticos, que si tenía endometriosis, que siempre no, que tenía un mioma y luego ovario poliquístico; y junto con eso tantos tratamientos, medicinas, exploraciones muy incómodas, hasta dolorosas.
Pasas todo eso y nada te funciona, incluso llegas a sentir como si no sirvieras. Los medicamentos que me daban solo hacían que me sintiera aún peor, y una no sabe de esto, no está preparada, vas a la clínica y te entregas, confías, vas con el corazón en la mano, y luego nada. Después de pasar por tantos intentos fallidos, te derrumbas.
En ese momento habíamos decidido que ya no íbamos a hacer nada, pero por azares del destino, nos encontramos con el Instituto; y mira, al final, esta esa cosquillita, porque cuando de verdad quieres ser mamá, esa idea, ese amor te invade y nunca se va.
Mi esposo y yo lo discutimos, yo quería hacer todo lo que pudiéramos, agotar todas las posibilidades y no quedarme con el hubiera. Después de mucho platicar decidimos intentarlo una vez más, una última vez.
Al llegar para nuestra consulta, en serio, nos sentimos como si ya conociéramos a todos. Desde la recepción, la enfermera que tomó la muestra y mi doctor que nos atendió, todos fueron muy amables; pero lo que más me gustó fue su honestidad.
Yo les supliqué que fueran sinceros, que sin importar cuál fuera el diagnóstico nos dijeran la verdad, en todo momento.
Llevamos todos nuestros análisis de antes; pero, dijeron que de todas formas tenían que hacernos estudios para confirmar cualquier cosa, y el diagnóstico que nos dieron fue que tenía ovario poliquístico.
Hablamos de nuestras opciones de tratamiento y nos dijeron que, lo ideal sería realizar un tratamiento con varios ciclos de Fertilización In Vitro. La parte de los medicamentos, de nuevo fue la más dura.
Todo el proceso hormonal como que nunca me cayó tan bien; pero, afortunadamente nunca estuve sola, mi esposo y mi familia estuvieron siempre conmigo, siempre al pie del cañón.
Para empezar este nuevo FIV yo cambié mi chip, necesitaba hacer absolutamente todo, me enfoqué mucho más en mí y traté de ser más optimista, aunque por supuesto que fue difícil.
Las cosas se fueron dando, pasé la estimulación, luego la punción, la transferencia… ¡y lo logramos en nuestro primer intento! Después de 12 años de anhelos y fracasos, de muchísimas lágrimas, ¡por fin lo habíamos conseguido!
Mi embarazo fue de lo más lindo, muy tranquilo, hasta me sorprendí porque no tuve nada de vómitos, disfruté tanto mi pancita.
El día de su nacimiento mi mundo se paró, tenía un cúmulo de emociones, no sabía si reír, llorar, gritar o quedarme callada mientras veía a mi nene en mis brazos, es una experiencia indescriptible, te lo juro, es algo que no se compara con nada.
Quiero aprovechar esto para decirle a todas las mujeres que me están leyendo que, esto no es un camino sencillo, para algunas mujeres como nosotras esto no será un camino fácil, pero ¡no se den por vencidas! Por favor luchen, peleen por su sueño hasta lo último y confíen en estos médicos, eventualmente todo saldrá, y cuando llegue ese momento, sentirán toda la dicha de convertirse en mamás.”
Existen diferentes clínicas de fertilidad en México que ofrecen todo tipo de programas de Reproducción Asistida, y es importante que, antes de elegir cualquiera de ellas, estés completamente segura de que te brindarán un tratamiento personalizado a tu caso y tu historia de salud reproductiva completa.
Antes de entregar todo tu esfuerzo físico, mental y económico a cualquier tratamiento en la clínica que elijas, pregunta sobre sus tasas de éxito de bebés nacidos y considera que tu programa incluya lo siguiente:
En caso de que hayas acudido a cualquier clínica de fertilidad y aún no hayas logrado ser mamá, o incluso si vas empezando en este camino, puedes acercarte con nosotros y escuchar sobre las opciones de tratamiento personalizado que podemos ofrecerte.
Cuéntanos tu historia y cómo ha sido la búsqueda de tu bebé aquí. Después, evalúa las diferentes opciones que tienes para convertirte en mamá y elige la que mejor se adapte a tus circunstancias.
Ser mamá es un sueño que puede realizarse prácticamente por cualquier mujer que lo decida, ¡no te rindas!
"Encontré una orientación efectiva y logramos tener a nuestro bebé en casa."
Ingenes Monterrey