La Asamblea General de las Naciones Unidas, el 7 de febrero del 2000, junto con sus compromisos por la erradicación de Violencia de Género, proclamó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Esto con el propósito de alentar a gobiernos e instituciones a tomar acciones y compromisos para poner fin a la alta cifra de violencia contra las mujeres.
Se reconoce como violencia contra las mujeres a: “Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer”.
La violencia contra mujeres y niñas se puede manifestar de las siguientes formas:
Poco se habla de la violencia ginecobstétrica, sin embargo, es muy importante tener presente que esta viola los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Según resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016, en mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un parto o cesárea, el 33.4% sufrió algún tipo de maltrato.
De igual manera, mujeres que tuvieron un hijo o hija entre 2011 y 2016, el 11.2% experimentó gritos o regaños durante su labor de parto o cesárea:
Forzar a una paciente para realizarse una ligadura de trompas o para que haga uso de métodos anticonceptivos sin su consentimiento, es una forma de violencia ginecobstétrica. Sin embargo, en México este tipo de violencia se ejerce contra un sinnúmero de mujeres año tras año, afectando su fertilidad, su salud reproductiva completa y posterior capacidad para concebir un bebé.
Beatriz, una mujer de 50 años quien realizó un tratamiento de Fertilización In Vitro para convertirse en madre, debido a que le habían realizado la ligadura de trompas, comparte: “Mi esposo y yo nos desanimamos mucho porque el doctor con el que fuimos antes nos dijo que no lo íbamos a lograr. Incluso nos insistió en que dejáramos de intentarlo”.
A pesar del dolor que esto le trajo, concluye: “Para las mamás que están viviendo un proceso como el mío, les diría que al final de cuentas es nuestro cuerpo y nos rendimos cuando lo decidamos. No hay que escuchar a otra gente. Al final de cuentas vale la pena porque nosotros lo estamos viviendo y sabemos qué tanto estamos invirtiendo para poder conseguir nuestro sueño”.
La decisión de cómo, cuándo y cuántas veces tener bebés será siempre de las mujeres. La maternidad es un derecho humano y rechazamos cualquier intento de intervenir o decidir sobre el cuerpo de las mujeres, ya que es una realidad que han sufrido violencia ginecobstétrica al practicarles salpingoclasias sin su consentimiento o conocimiento, y esto es inaceptable.
En caso de que tengas ligadura de trompas y desees convertirte en madre, queremos decirte que esto es posible mediante un tratamiento de Reproducción Asistida, y podemos ayudarte. Te compartimos más información aquí.
Si tú has sufrido algún tipo de violencia obstétrica, como es la realización de la salpingoclasia o ligadura de trompas sin consentimiento, debes saber que puedes denunciarlo e interponer una queja.
A continuación, te compartimos el enlace hacia un artículo del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), organización en pro de los derechos reproductivos; con todos los pasos a seguir para concretar tu denuncia.
"Encontré una orientación efectiva y logramos tener a nuestro bebé en casa."
Ingenes Monterrey