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Con motivo del Día Mundial de la Salud, es importante destacar la relevancia de la información oportuna para la toma de decisiones sobre un tratamiento de Reproducción Asistida, ya que, muchas veces por la falta de conocimiento en el tema, tanto de salud reproductiva, como de las tecnologías para concebir, se deja pasar demasiado tiempo, aún cuando existen alternativas viables, seguras y eficientes para lograr un embarazo y llevarlo a término con un bebé en casa. Desinformación sobre salud reproductiva Esta desinformación ha llevado a que muchas mujeres posterguen un adecuado tratamiento de salud reproductiva, o que siquiera recurran a él, ya sea por temas sociales o simple desconocimiento de un padecimiento subyacente, que afecte su condición para convertirse en mamás. El problema latente radica en que la infertilidad es mal entendida y por tanto, mal abordada y tratada, a pesar de que más de 180 millones de personas en todo el mundo tienen problemas para concebir (OMS,2023). Un problema a nivel Latinoamérica Sin embargo, en Latinoamérica, aún no se reconoce que la infertilidad es el resultado de una baja calidad en el cuidado de la salud sexual y la poca difusión del tema. Es común que las campañas de concientización o promoción de la Reproducción Asistida como la Fertilización In Vitro y la Inseminación Artificial tengan poca visibilidad, lo que termina impidiendo a las mujeres, parejas del mismo sexo, y personas con problemas para concebir tener la información suficiente para tomar una decisión informada con respecto a su salud reproductiva. La infertilidad no debe ser tabú Más allá de que no se ha dado un foro en la salud pública a problemas de fertilidad, la realidad es que se ha creado todo un mito y tabú alrededor de ella, que ha prevalecido en varias generaciones, considerando que uno de los papeles principales del ser humano es la procreación bajo ciertos estándares tradicionales demográficos, etarios (por edad) y de género (mujer u hombre). Se estima que las mujeres con algún padecimiento de fertilidad, ya sea primaria o secundaria, pueden tardar de 2 a 3 años en recurrir a un especialista, por “pena”, “culpa”, por ideas impuestas por la sociedad en general, pero sobre todo, por desinformación y malos diagnósticos. Y hay quienes tardan aún más, o que ni siquiera lo consideran. La salud reproductiva comienza desde la planificación familiar, en el momento que la mujer decide convertirse en mamá e iniciar su proceso de búsqueda. Porque aunque a veces no lo parezca, existen diferentes vías para llegar a este punto, no sólo cuando existe unión en pareja; y todo se reduce a que necesitamos hablar de salud reproductiva. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Ingenes | Tu Bebé En Casa (@ingenesinstituto) Buscar información es un paso fundamental, y acercarse a profesionales de la salud es indispensable. Al igual que alguien con gripe va al doctor, las mujeres que están buscando convertirse en mamás y no lo han logrado, tienen la opción de recurrir a médicos especialistas en Reproducción Asistida, para encontrar una alternativa, e incluso para tener una planificación familiar, y decidir sobre su maternidad. Salud reproductiva y sexual para un bienestar integral La salud reproductiva recae en el bienestar físico y mental de las mujeres, dentro de un entorno social, por lo tanto, romper tabúes, y hablar de sexualidad es primordial, para encontrar la manera de vivirla de manera segura y satisfactoria, y decidir sobre la reproducción, cómo procrear y hasta encontrar el momento ideal para hacerlo. Si una mujer no puede tener hijos de manera “natural”, o pospone su maternidad, no es que haya algo mal con ella, todo lo contrario, este es el punto de partida para ver más allá, es una oportunidad para la difusión, para dar a conocer alternativas, dar apertura a las tecnologías que la ciencia ha aportado, para quitar prejuicios, “culpas”, y hablar de los temas importantes, para hablar de salud reproductiva. Hoy es el momento ideal no sólo para exigir a las autoridades sanitarias que se nos brinde más información con respecto a la sexualidad, sino también para investigar por nuestra cuenta cómo y cuándo podríamos convertirnos en mamás. En el Día Mundial de la Salud, más allá de mencionar todo lo que se ha avanzado, debemos comenzar a cuestionarnos más sobre la sexualidad, buscar información veraz, conocer los métodos anticonceptivos y riesgos, saber sobre infecciones y/o enfermedades de transmisión sexual, y sobre todo, reconocer que hablar de salud reproductiva es hablar de nuestros derechos como mujeres y que podemos decidir sobre la maternidad, natural o no. Estamos en la época correcta para empezar a romper paradigmas, tocando temas ginecológicos, tocando temas desde la sexualidad de la mujer.
¿Te encuentras en la emocionante etapa de la maternidad y te preguntas cómo calcular ese momento especial en el que conocerás a tu bebé? Navegar por las etapas del embarazo, especialmente si es tu primera vez, puede parecer un desafío lleno de incertidumbre y maravilla. Entendiendo la fecha probable de parto La herramienta clave en este viaje es la Regla de Naegele, una herramienta que ilumina el camino hacia la estimación de tu fecha probable de parto (FPP). Este método arranca desde el primer destello de tu último ciclo menstrual, extendiéndose a lo largo de 280 días o 40 semanas, marcando el ritmo estándar de un embarazo. Se basa en la premisa de un ciclo de 28 días con la ovulación desplegándose en escena alrededor del día 14. Pero, ¿qué sucede si tu ciclo decide seguir su propio guión, distinto al promedio de 28 días? Aquí es donde la Regla de Naegele se transforma en una guía más que una exactitud matemática. A pesar de su utilidad, debemos recordar que solo un pequeño porcentaje de bebés elige llegar precisamente en la fecha calculada. De hecho, la mayoría de los nacimientos ocurren en cualquier momento entre la semana 37 y la 42, considerándose dentro de un rango normal y saludable. La importancia de calcular la FPP Aunque la fecha de parto pueda variar, calcular la FPP es esencial. Este dato no solo permite a tu médico monitorizar adecuadamente el desarrollo del embarazo, programando exámenes y análisis en los momentos clave, sino que también te brinda una referencia sobre los cambios y síntomas que experimentas a lo largo de esta etapa. Es una especie de mapa que te ayuda a navegar las aguas a veces turbulentas del embarazo. Cómo utilizar la regla de Naegele y más allá Si la tecnología es lo tuyo, la calculadora de embarazo está lista para convertirse en tu nueva mejor amiga, simplificando este cálculo. Pero si prefieres el método tradicional, puedes sumergirte en la aventura de calcularlo manualmente, ajustando según la longitud de tu ciclo menstrual para una estimación más personalizada. Al descubrir tu embarazo, podrías sorprenderte al saber que, según el calendario médico, ya estás avanzando en la semana 4, aunque la concepción ocurriera hace solo dos semanas. Este método estandarizado de contar las semanas puede resultar confuso al principio, pero ofrece un marco claro para el seguimiento médico del embarazo. Dividiendo el embarazo en trimestres Cada trimestre de tu embarazo es un capítulo único en esta historia, desde la primera emoción hasta los preparativos finales para el parto. El primer trimestre te introduce en este nuevo mundo, el segundo te lleva a través de momentos de tranquilidad y crecimiento, y el tercer trimestre prepara el escenario para el gran final: el encuentro con tu bebé. Así que, si estás lista para sumergirte aún más en la comprensión de tu embarazo, existen numerosas herramientas en línea que pueden ayudarte a desvelar los misterios de esta maravillosa etapa, ofreciéndote claridad y apoyo en cada paso del camino. Te animamos a buscar una calculadora de embarazo confiable en sitios web especializados en cuidado prenatal. Recuerda, no importa en qué punto te encuentres de tu embarazo, estamos aquí para proporcionarte información y apoyo, guiándote en esta increíble aventura hacia la llegada de tu bebé.
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Dr. Felipe Camargo Cédula Profesional
SEP: 4452501
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